El otro día (que en mi mente puede ser un margen entre 2 horas y 3 semanas) me salió en el feed de Twitter un párrafo de un artículo cualquiera. Estoy haciendo el esfuerzo de intentar leer muchos más artículos, tener constancia, darle sentido a la carrera que estoy estudiando.
Subrayé mentalmente esta frase:
“ Para qué tanta carrera y tanta independencia y tanta ambición y tanta hostia si acaba otro día sin poder ver con mi madre una película irrelevante puesta a posta para quedarnos dormidas”
Y a mí que todo me afecta un poco más de lo normal, y más si es a final de mes, ( el final de todas las cosas siempre me ha dado mucha morriña), leer esto tumbada en el colchón de mi cama de Países Bajos me quedó un poco fría.
Yo, que siempre tuve claro que me iba, que todo se me quedaba demasiado pequeño. Que un día le dije a mis padres que me marchaba y no he vuelto. Que si certificado de inglés, título de grado, voluntariado, programa de intercambio, hacer contactos, prácticas y más prácticas, entrevistas, un tercer idioma, mudarme a Madrid, volverme a mudar…
Siempre con el hambre de ser más y mejor y más grande y dejar atrás todo lo pequeño de lo que vengo. Hacer metamorfosis y transformarme de una vez en esa mariposa que tengo proyectada en mi cabeza. Siempre de pasos hacia delante, tratando de mirar poco atrás porque sería malgastar esfuerzo. Sacrificando quien he sido por quien podría llegar a ser. Convirtiéndome en un proyecto.
Y de que sirve realmente todo eso? Si paso mi cumpleaños sin mis padres y a veces ni soplo las velas porque total qué importa? Si hay trabajos que entregar, llamadas que coger; por si es el director de esa revista que me gusta tanto, o corregir mi currículum por quinta vez; no vaya a ser que no incluya ese último curso que hice el mes pasado.
Y de que sirve realmente todo eso? Si ya no duermo en mi cama de siempre, si nadie lee mis libros, ni desayuna con mi hermana por las mañanas, si hace dos semanas que no llamo a mi abuela y 5 meses que no piso mi casa.
Tengo las manos llenas de cosas que no valen nada y cajas con retazos de mi vida y postales en la pared para sentir que estoy haciendo las cosas bien. Como si avanzar hacia atrás no fuera nada más que retroceder.
¿Quién me ha inyectado este miedo a la simpleza qué me está envenenando la sangre? Si todo lo simple de mi vida ya me quiere y yo existo en otra parte echándolo de menos.
Quiero volver a dormirme en el regazo de mi madre viendo una película mala, arreglar las plantas del jardín con papá un domingo, tomarme la cerveza de las dos con mis tíos en su patio, y sentarme en el suelo de mi habitación que tiene la luz más bonita que he visto por las mañanas y olvidarme de tanta ambición y tanta independencia y tantas de ganas de ser alguien grande. Cortarle la cabeza a mi ego y dejarme desnuda con mis banalidades. Dar un paso atrás o tal vez dos si me siento valiente.
¿Qué es lo peor qué podría pasar?¿Ser simplemente yo?
love it❤️❤️❤️